Cuando Nelson Mandela murió, salió a la luz un fenómeno muy extraño. Millones de personas en masa salieron públicamente explicando que recordaban haber vivido la muerte del presidente antes. Concretamente recordaban que murió en la cárcel.
Se podría pensar que esto es fruto de la ignorancia de algunas personas, pero la realidad es que la gente que defendía haber vivido la muerte de Nelson Mandela en la cárcel, la explicaban con todos los detalles posibles. Recordaban el funeral, el discurso por la igualdad, los honores que recibió... y sin embargo recordaban también su etapa como presidente.
Esa sensación de dar por hecho algo, conocerlo de forma masiva y conjunta de una determinada forma y que eso no sea real, se ha catalogado como efecto Mandela. He aquí algunos ejemplos:
¿El señor del Monopoli tiene monóculo?
¿Enrique VIII tiene una pata de pollo en la mano en este cuadro?
¿Qué pasó en la plaza de Tiananmen?
¿Cómo acaba la canción de Queen "We are the Champios?
(We are the Champions, of the world)
Para que nos hagamos una idea de la seguridad que tienen los que creen que estos eventos, situaciones o iconos, son diferentes de como verdaderamente fueron y el nivel de realismo que dan en las descripciones de cosas que no han ocurrido. Esa gente defiende que el "efecto Mandela" es la demostración de la existencia de universos paralelos que se superponen sobre nuestra realidad y su existencia crea estas confusiones. (Hay un universo donde Mandela murió en la cárcel y por ello hay gente que recuerda de forma exacta como fue ese hecho).
Esto es una tontería y si el "efecto Mandela" está publicado en este blog es porque su existencia se debe a motivos puramente psicológicos mezclados por la desinformación de un mundo conectado y saturado de contenidos, en el que una información falsa puede convertirse en verdad absoluta.
1) El sesgo de confirmación: Si nosotros tenemos la creencia de que Mandela murió en la cárcel, interpretamos cualquier información y la seleccionamos de acuerdo a nuestras creencias preestablecidas y no a la realidad.
2) Criptomnesia: Nuestra mente puede surtir de detalles inexistentes algo irreal. Eso explica que la gente que por ejemplo cree en el funeral de Mandela sin que saliese de la cárcel, te hable de los colores del ataúd, el traje con el que le enterraron, la multitud llorando el fallecimiento, cosas muy concretas que su mente ha puesto ahí pero que no son reales. Y cuando están hablando de esos detalles por ende, no están mintiendo, porque subconscientemente los han situado en su imagen de los sucedido.
2) Falsa atribución a la memoria: Uno puede crearse una imagen a través de su imaginación, sin embargo, comete el error de atribuir totalmente esa imagen que el ha creado a su memoria y por ello no aceptará nuevas interpretaciones.
3) Disonancia cognitiva: Si algo que te cuentan no encaja con tu visión de la misma, antes de pensar que estás equivocado negarás tajantemente lo ocurrido, pero en el caso de no poder ( como en estos casos), aceptarás cualquier teoría por loca que sea que permita encajar tu forma de ver el mundo como correcta. En el caso del efecto Mandela esa teoría es la de los universos paralelos.
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